Las madrugadas nunca fueron en vano: cada fin de semana ellos aprendían, y ¡no eran los únicos! Nosotros también aprendimos mucho. Ahora que llegó el momento de separarnos sabemos que hicimos más de lo esperado, los extrañamos y nos morimos por saber cómo están, ver la risa florida de Karen, las ocurrencias de Miguelito, los chistes de Ronald, las enojadas de Anasofi (Traslaviña), las historias de Juanse, las chocoaventuras de Karen y Paula, los bailes de Danna y Shirley, las risas juntas de Laura y Diego Verú y cada cualidad existente de cada uno de nuestros (que no son tan nuestros) niños del proceso.

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Todo esto fue gracias a la profesora Jacqueline García Páez, la forjadora de este anhelo que a día de hoy es un orgullo para nosotros; desde cada una de sus clases ha dado todo lo mejor para que tomemos todos los conocimientos necesarios para colocarlos en práctica en nuestra Escuela Itinerante. En todo el caminar ha estado guiándonos, acompañándonos, resolviendo dudas, rompiendo temores y resaltando nuestras fortalezas. Durante este proceso, hemos encontrados personas excepcionales que nos han ayudado en gran medida para que este sea una realidad.

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Los niños y jóvenes protagonistas del proceso son el presente y se preparan para el futuro. Personas que con un pequeño cuerpo (propio de su edad) expresan con facilidad los sentimientos de amor, cariño, confianza y de acogimiento al otro. Son niños, niñas y jóvenes que llegan a los talleres cada uno con un montón de sueños y aspiraciones, con muchas ganas de salir adelante, de entrar a la universidad, de conseguir un trabajo y por fin comprar una casa para sus mamitas, estos son los sueños colectivos expresados por ellos durante los diversos talleres realizados.

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"Sabemos que cada sueño y meta será cumplido, y queremos ser cómplices de cada éxito."